Alcázar de los Reyes Cristianos, Córdoba
El Alcázar de los Reyes Cristianos es uno de los monumentos más emblemáticos de Córdoba, situado a orillas del río Guadalquivir y junto a la muralla de la ciudad. Su aspecto imponente, con torres cuadradas en cada esquina y altos muros de piedra, revela su carácter defensivo y, al mismo tiempo, la importancia política y simbólica que tuvo a lo largo de la historia.
Su construcción fue ordenada por Alfonso XI en el siglo XIV sobre restos de edificaciones romanas, visigodas e islámicas. El alcázar se convirtió en residencia real y centro de poder en la ciudad, jugando un papel clave durante la Reconquista. En estas estancias se reunieron los Reyes Católicos, y aquí planearon la campaña final para la conquista de Granada. También es célebre porque Cristóbal Colón acudió al alcázar para presentar a los monarcas su proyecto de viaje hacia las Indias.
En siglos posteriores, el edificio cambió de función: fue sede del Santo Oficio durante la Inquisición y, más tarde, prisión hasta el siglo XX. Estos usos han dejado huellas en su arquitectura, que mezcla elementos militares con espacios de carácter palaciego.
El visitante puede recorrer sus torres, desde donde se contempla una de las mejores vistas del casco histórico y del río. En el interior destacan mosaicos romanos hallados en la ciudad y conservados en una sala de exposición. Pero uno de los grandes atractivos son sus jardines y patios, diseñados en estilo mudéjar, con fuentes, estanques y paseos arbolados que transmiten calma y frescor.
El Alcázar de los Reyes Cristianos es un lugar donde se entrecruzan distintas épocas de la historia cordobesa: desde el pasado romano y musulmán hasta la monarquía castellana y la modernidad. Su visita permite comprender el papel de Córdoba en la historia de España, en un escenario que combina fortaleza, palacio y memoria viva.