Arco de Felipe V, Ronda

El Arco de Felipe V, situado en la entrada del casco histórico de Ronda, es una de las puertas más emblemáticas de la ciudad y un testimonio del pasado monumental que marcó su desarrollo. Levantado en 1742 tras el derrumbe del antiguo acceso árabe, este arco conmemora la visita del rey Felipe V, primer monarca borbón de España, y simboliza la nueva etapa de prosperidad y modernización que vivía el país en el siglo XVIII.

El arco se ubica junto al Puente Viejo, en un enclave donde el paisaje y la historia se entrelazan de forma espectacular. Su estructura de piedra muestra un elegante estilo barroco tardío, con un solo vano enmarcado por molduras y rematado por un escudo real labrado en relieve. Este escudo representa el poder de la monarquía borbónica y la integración de Ronda en la España moderna tras siglos de dominio islámico y enfrentamientos fronterizos.

Cruzarlo supone adentrarse en el corazón de la Ronda más antigua, donde las calles empedradas y las casas señoriales evocan su pasado árabe y medieval. A pocos pasos se encuentran lugares de gran interés como los Baños Árabes, el Puente Árabe y el Barrio de San Miguel, uno de los más antiguos de la ciudad.

El entorno del Arco de Felipe V ofrece además una de las vistas más pintorescas del paisaje rondeño: el profundo tajo del río Guadalevín, los restos de murallas y las huertas que se extienden al fondo del valle. En su época, este punto fue también una de las principales puertas de acceso para viajeros y comerciantes que llegaban desde el valle del Tajo hacia la villa.

Hoy, el Arco de Felipe V se conserva como un símbolo de la historia viva de Ronda, una puerta que conecta el pasado con el presente y que invita a recorrer un patrimonio urbano único, donde cada piedra guarda el eco de siglos de historia andaluza.

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