Catedral de San Pablo, Londres
La Catedral de San Pablo, en el corazón de Londres, es uno de los templos más emblemáticos de la capital británica y un símbolo perdurable de su historia y resistencia. Su majestuosa cúpula domina el horizonte de la ciudad desde el siglo XVII y constituye una de las obras maestras del arquitecto Sir Christopher Wren, quien la diseñó tras el Gran Incendio de Londres de 1666.
El edificio actual, consagrado en 1710, se erige sobre el lugar donde existieron al menos cuatro templos anteriores dedicados a San Pablo, el primero de ellos fundado en época anglosajona, hacia el año 604. Con su imponente estilo barroco inglés, la catedral representa un punto de inflexión en la arquitectura británica, combinando grandeza clásica y sobriedad protestante.
El interior impresiona por la amplitud de sus espacios, la claridad de la luz filtrada por las vidrieras y la majestuosidad de su cúpula, una de las más grandes del mundo, que alcanza los 111 metros de altura. En la base de la cúpula se encuentra la famosa Galería de los Susurros, donde las palabras pronunciadas junto a la pared se oyen con nitidez en el lado opuesto. Desde la galería exterior, accesible tras subir más de 500 escalones, se contemplan vistas panorámicas incomparables del río Támesis y de la ciudad de Londres.
En la cripta reposan figuras ilustres de la historia británica, como el propio Sir Christopher Wren, el almirante Nelson y el duque de Wellington, cuyos monumentos conmemorativos convierten el lugar en un auténtico panteón nacional. A lo largo de los siglos, la catedral ha sido escenario de importantes acontecimientos: funerales de Estado, bodas reales como la del príncipe Carlos y Diana de Gales en 1981, y actos de homenaje tras la Segunda Guerra Mundial.
La Catedral de San Pablo no es solo un hito arquitectónico, sino también un símbolo de esperanza. Durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, su cúpula emergiendo intacta entre el humo se convirtió en una imagen icónica del espíritu londinense. Hoy sigue siendo un lugar de culto, reflexión y admiración, donde la historia, el arte y la fe convergen en perfecta armonía sobre el corazón de Londres.