Iglesia de la Madeleine, París
La iglesia de La Madeleine es uno de los monumentos más singulares de París, reconocible por su imponente aspecto clásico que recuerda a un templo romano. Situada en la plaza homónima, en pleno centro de la ciudad, sorprende al visitante por su fachada de 52 columnas corintias que envuelven el edificio y le confieren una presencia majestuosa.
Su historia comienza en el siglo XVIII, cuando Luis XV ordenó construir una iglesia en honor a Santa María Magdalena. Sin embargo, la Revolución Francesa interrumpió las obras y el proyecto fue transformado en varias ocasiones: en un momento se pensó dedicarlo a la gloria del ejército napoleónico, en otro convertirlo en biblioteca nacional. Finalmente, en 1842, se consagró como templo católico, manteniendo la advocación original.
El interior contrasta con la sobriedad del exterior. Bajo su bóveda se despliega una decoración rica en mármoles, esculturas y frescos, que narran episodios de la vida de la Magdalena y pasajes bíblicos. Destaca el gran fresco de Ziegler en la cúpula, que representa la historia del cristianismo desde la crucifixión hasta la evangelización de Europa. El altar mayor está presidido por un imponente grupo escultórico de Charles Marochetti que muestra a María Magdalena acogida en el cielo.
La Madeleine ha sido escenario de importantes acontecimientos nacionales, entre ellos funerales de Estado y ceremonias solemnes. También se ha asociado al mundo de la música, pues en ella se han celebrado conciertos memorables gracias a su excelente acústica y a su órgano Cavaillé-Coll, uno de los más destacados del siglo XIX.
Hoy, la iglesia de La Madeleine combina su papel religioso con un atractivo cultural y turístico. Rodeada de elegantes bulevares, tiendas y cafés, invita a descubrir un rincón donde la historia de Francia se refleja en la piedra de un templo que une clasicismo, política y espiritualidad.