Iglesia de San Bartolomé, Logroño
La iglesia de San Bartolomé es el templo más antiguo conservado en Logroño y un referente de su historia medieval. Se levantó en el siglo XII, en el entorno de la antigua muralla, junto a la puerta de la ciudad que llevaba el mismo nombre, lo que le dio también una función defensiva además de religiosa.
Su arquitectura muestra la transición del románico al gótico. La portada, una de las joyas del templo, está decorada con un conjunto escultórico del siglo XIII que representa escenas de la vida y martirio de San Bartolomé, además de otros pasajes bíblicos, con gran detalle y fuerza expresiva. Este acceso era también un símbolo de enseñanza y catequesis para los peregrinos que llegaban a la ciudad siguiendo el Camino de Santiago.
La torre, de planta octogonal y construida en piedra y ladrillo, se convirtió con el tiempo en uno de los hitos del perfil urbano de Logroño. Su función fue tanto campanario como elemento defensivo, ya que formaba parte del sistema de vigilancia de la ciudad.
En el interior, de estilo gótico, se abre una sola nave con capillas laterales y bóvedas de crucería. Se conservan retablos barrocos y piezas de imaginería que enriquecen la atmósfera del templo, junto con sepulcros góticos que recuerdan la importancia histórica de la iglesia como lugar de enterramiento de familias notables.
La iglesia de San Bartolomé es, además, un punto de paso destacado para los peregrinos jacobeos, que a lo largo de los siglos han encontrado en ella un espacio de acogida y devoción. Su valor artístico, histórico y espiritual la convierte en uno de los monumentos imprescindibles para comprender la evolución de Logroño y su vinculación al Camino de Santiago.