Entre el mar Mediterráneo y Sierra Nevada se encuentra la Sierra de la Contraviesa. En las escarpadas laderas se observan algunos cortijos abandonados, por la dureza de las condiciones de vida de este territorio uno de los más abruptos de la Península Ibérica. Si embargo, el esfuerzo de los lugareños consigue sacar varias cosechas de hortalizas donde antes sólo se podían sacar almendras, algarrobas y algunos higos. Abajo, cerca del mar, podemos distinguir los invernaderos que están dando una oportunidad de progreso económico a sus habitantes.