El Teatro Principal abrió sus puertas en 1894 con la representación de “El ángel guardián”. Debido a la necesidad que presentaba la ciudad de ciertos servicios públicos y a la toma de conciencia de que la cultura es un bien que ayuda al crecimiento de la ciudad y de sus habitantes, esta infraestructura se convierte en uno de los símbolos más importantes del Castellón de los siglos XIX y XX.